La capacidad única de adaptarse y prosperar en microambientes tumorales (TME) inhóspitos y estresantes también hace que las células cancerosas sean resistentes a los tratamientos quimioterapéuticos tradicionales y/o a los nuevos fármacos.
Las células cancerosas presentan amplias alteraciones metabólicas relacionadas con la hipoxia, la aceleración de la glucólisis, el estrés oxidativo y el aumento del ATP extracelular que pueden activar antiguas estrategias de respuesta adaptativa conservadas de los priones que exacerban la resistencia a múltiples fármacos (MDR) al explotar el estrés celular para aumentar el potencial metastásico del cáncer y su carácter de tallo, equilibrar la proliferación y la diferenciación y amplificar la resistencia a la apoptosis. La regulación de los priones en la MDR se complica aún más por las importantes funciones fisiológicas putativas de unión a ligandos y transducción de señales.
La melatonina es capaz tanto de potenciar las funciones fisiológicas como de inhibir las propiedades oncogénicas de las proteínas priónicas. Mediante la regulación de la separación de fases del dominio N-terminal del prión, que se dirige a las balsas lipídicas e interactúa con ellas, la melatonina puede prevenir los cambios conformacionales que pueden dar lugar a la agregación y/o conversión en isoformas patológicas e infecciosas. Como coadyuvante en la terapia del cáncer, la melatonina podría modular los niveles de estrés oxidativo y la hipoxia de la EMT, invertir los cambios en el gradiente de pH, reducir la peroxidación lipídica y proteger las composiciones de las balsas lipídicas para suprimir las adaptaciones epigenéticas no mendelianas, hereditarias, pero a menudo reversibles, mediadas por priones, que facilitan la heterogeneidad, el crecimiento, la metástasis y la resistencia farmacológica del cáncer.
Esta revisión examina algunos de los mecanismos que pueden equilibrar los efectos fisiológicos y patológicos de los priones y las proteínas similares a los priones mediante el uso sinérgico de la melatonina para mejorar la MDR, que sigue siendo un reto en el tratamiento del cáncer.