Existen pruebas considerables de que la melatonina puede ser útil en la prevención y el tratamiento del cáncer. Este manuscrito revisará algunos de los estudios en humanos, animales y celulares que aportan pruebas de que la melatonina tiene propiedades oncostáticas.
Se describirá la confirmación de que la melatonina mitiga la patogénesis del cáncer a partir tanto del estudio directo de sus efectos sobre la carcinogénesis como de hallazgos indirectos que implican la alteración del ciclo circadiano. Se hace una distinción entre el papel de la melatonina en la prevención del inicio de la vía tumorigénica y la capacidad de la melatonina para retrasar la progresión del cáncer. La melatonina parece ralentizar el ritmo de avance de los tumores establecidos y existen pruebas de que constituye un valioso complemento de las modalidades de tratamiento farmacológico y radiológico estándar. Hay casos de resultados beneficiosos en el tratamiento del cáncer que utilizan una serie de hormonas y vitaminas, entre cuyos componentes se encuentra la melatonina. Aunque estas mezclas complejas son prometedoras desde el punto de vista empírico, sólo se mencionan brevemente aquí en vista de la influencia confusa de una multiplicidad de agentes estudiados simultáneamente.
La última sección de esta revisión examina los mecanismos moleculares que potencialmente subyacen a los efectos oncostáticos de la melatonina. Es probable que las alteraciones en la expresión génica tras la activación de varios factores de transcripción sean un importante acontecimiento mediador. Estos cambios en la actividad génica no sólo están relacionados con el cáncer, sino también con el proceso de envejecimiento que subyace a la aparición de la mayoría de los tumores. Además, hay que tener en cuenta acontecimientos epigenéticos como la modulación de los patrones de acetilación de histonas y metilación del ADN a lo largo de la vida de los organismos. Las funciones antioxidante e inmunorreguladora de la melatonina también pueden contribuir a sus propiedades moduladoras del cáncer. Naturalmente, estos mecanismos se solapan e interactúan ampliamente.
No obstante, en aras de la claridad y la facilidad de lectura, cada uno de ellos se analiza en una sección temática independiente. El informe finaliza con algunas conclusiones generales sobre el valor clínico de la melatonina, que ha sido bastante ignorado y poco estudiado.