La melatonina, una indoleamina endógena, es una molécula antioxidante y antiinflamatoria ampliamente distribuida en el organismo. Regula eficazmente las citocinas proinflamatorias y antiinflamatorias en diversas condiciones fisiopatológicas. El ritmo de la melatonina, que está fuertemente asociado con las lesiones oxidativas y la disfunción mitocondrial, también se observa durante el proceso biológico del envejecimiento. Los niveles de melatonina disminuyen considerablemente con la edad y están relacionados con numerosas enfermedades asociadas al envejecimiento.
Los signos del envejecimiento, como el envejecimiento inmunitario, el aumento de la inflamación basal, la disfunción mitocondrial, la importante abrasión telomérica y la alteración de la autofagia, contribuyen a aumentar la gravedad de la infección por el coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2). Estas características pueden empeorar la respuesta fisiopatológica de los ancianos al SARS-CoV-2 y suponer un riesgo adicional de aceleración del envejecimiento biológico incluso después de la recuperación.
Esta revisión explica que la tasa de mortalidad de la enfermedad por coronavirus (COVID-19) aumenta con las enfermedades crónicas y la edad, y el descenso de los niveles de melatonina, que está estrechamente relacionado con la disfunción mitocondrial del paciente, afecta a la tasa de mortalidad relacionada con el virus. Además, la melatonina puede mejorar la función mitocondrial y limitar las enfermedades relacionadas con el virus. Por lo tanto, la suplementación con melatonina en personas mayores puede ser beneficiosa para el tratamiento de COVID-19.